martes, 10 de junio de 2014

Notas mentales, calaveras y diablitos

Dos meses sin supermercado, las provisiones se acaban, el trabajo se amontona, el mate con miel no me sale, los libros suspiran, las plantas resisten, la violeta florece, las fotos se ordenan.

Los amigos están cerca. El tiempo redime. El aprendizaje es colectivo.

Zapateamos hasta tarde,  el baile encuentra. Yo a vos no te creo nada, cómo vos vas a creer en mí.

Necesito dinero, un corte de cabello, concentración profesional, aprender del cardamomo, tener noticias suyas, verdades o mentiras. Quiero ir a nadar, luego echar cumbión loco, danzar como insectos, quedarnos flotando en una panguita el uno junto a la otra, calladitos.

Quietecitos como hongos. Éste es un asalto. Otro salto cuántico de torniquete. Es la armonía del planeta, toda la furia de Brasil que crea. Bellísima entropía.

Cubierta de mis veintisiete, lo que construye por encima de lo que pertenece.

Me acomodo a lo que hay. Es-toy-en-ca-sa.

La vida es para vivirla mejor...







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