domingo, 21 de noviembre de 2010

Los fragmentos de la noche

Cómo aislar los fragmentos de la noche
para apretar algo con las manos,
como la liebre penetra en su oscuridad
separando dos estrellas
apoyadas en el brillo de la yerba húmeda.
La noche respira en una intocable humedad,
no en el centro de la esfera que vuela,
y todo lo va uniendo, esquinas o fragmentos,
hasta formar el irrompible tejido de la noche,
sutil y completo como los dedos unidos
que apenas dejan pasar el agua,
como un cestillo mágico
que nada vacío dentro del río.
Yo quería separar mis manos de la noche,
pero se oía una gran sonoridad que no se oía,
como si todo mi cuerpo cayera sobre una serafina
silenciosa en la esquina del templo.
La noche era un reloj no para el tiempo
sino para la luz,
era un pulpo que era una piedra,
era una tela como una pizarra llena de ojos.
Yo quería rescatar la noche
aislando sus fragmentos,
que nada sabían de un cuerpo,
de una tuba de órgano
sino la sustancia que vuela
desconociendo los pestañeos de la luz.
Quería rescatar la respiración
y se alzaba en su soledad y esplendor,
hasta formar el neuma universal
anterior a la aparición del hombre.
La suma respirante
que forma los grandes continentes
de la aurora que sonríe
con zancos infantiles.
Yo quería rescatar los fragmentos de la noche
y formaba una sustancia universal,
comencé entonces a sumergir
los dedos y los ojos en la noche,
le soltaba todas las amarras a la barcaza.
Era un combate sin término,
entre lo que yo le quería quitar a la noche
y lo que la noche me regalaba...
JOSÉ LEZAMA LIMA

jueves, 18 de noviembre de 2010

Flores

No somos nosotros los que rescatamos las tradiciones, son ellas las que toman algo de estos que somos y salvan del olvido, de ser uno más sin rostro. Los pasos siguen el trazo de flores, cientos de flores, miles de flores. Volvemos del germen ahora, prendemos fuego y la lengua marca su territorio de danza y palabra florida. Las luces aparecen sobre un centro vacío, pasamos en breve que a eso venimos.
¡Al menos flores, al menos cantos!

martes, 16 de noviembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

Volverla vapor

Entre canción y canción esa mujer cuenta muy buenas historias.
EDUARDO GALEANO


La lluvia parte del hecho de sabernos
nada.

La lluvia en el sol fueron tus palabras
muchachita callada
muchachita de los pequeños gestos
¿usted es la que baila?
dibujante del aire entonces
diga algo, ¿son sus ventanas?

El corazón, igual
esa condición no cambiará para mí
como cuando crujen las miradas
y yo nunca tengo idea
sólo sonrisas desde el inframundo
e insondables y eternas
letras que nos acompañan.

Eso, lo mismo digo
onomatopeyas en otro acento
para desearte feliz tarde,
ya coincidiremos
¡por lo pronto gracias!

Debe ser que ando ocupado acá
en el Mundo Real®
a veces hago como que no
pero siempre estoy acechando
aunque no se den cuenta.

Eso me hace pensar cómo sería
si fuera película de Miyazaki.

Después vienen los saludos
desde las montañas mexicanas
con espíritu más claro.

Después vienen las saudades
aunque por ahora tienes razón
y duele el alma.

Aún así los abrazos acentuados
acortan las fronteras
los lunes diferentes de los demás lunes
porque te saludo yo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ocelotl

Habitante de los bosques y de los peñascales, donde hay agua. El ocelote es noble, principesco. Dicen que el manda entre los animales. Es cauteloso, sagaz y arrogante. No es carroñero; detesta, le dan asco las inmundicias. Es noble y hermoso.

Grande, corpulento, no alto, de cola larga, sus manos son gruesas, ancho de cuello, cabeza grande, orejas pequeñas, hocico grueso y carnoso, nariz también carnosa, rostro ancho, ojos como brasas ardientes, dientes chicos y puntiagudos, colmillos grandes y anchos, boca grande y abierta. Garras encurvadas y aguzadas. Tiene varios colores, manchas negras, pecho blanco, alisado, suave.
Al crecer se va manchando, le crecen las garras, los colmillos y los dientes; muerde con fuerza, desgarra lo que devora, gruñe, gime, resopla. Anda comiendo animales, venados, conejos y otros. Es muy delicado, no dado al trabajo, se cuida mucho, se baña, está limpio, lava su cara con saliva. Se prepara, se cuida.

De noche está vigilando, busca lo que ha de cazar, lo que come. Su vista es muy buena, muy clara. en verdad ve muy bien, ve lo que está lejos, aunque esté oscuro, aunque haya niebla lo ve.
Cuando ve, cuando se encuentra con un cazador, no huye, no corre, se acomoda, no se esconde el ocelote. Entonces empieza a resoplar; con su aliento hará desmayarse, aterrorizará al cazador.

Entonces el cazador comienza a disparar sus flechas. Y la primera flecha de caña que le lanza, el ocelote la atrapa con sus garras y la destroza con sus dientes. Se pone encima de la flecha rota gruñendo, resoplando, haciendo ruido con su garganta.

Cuando el cazador dispara otra vez, hace lo mismo. Y si el cazador dispara otra vez hace lo mismo.Y los cazadores llevan la cuenta. Esta era su costumbre, que sólo cuatro veces le lanzan sus flechas. Y si le disparan las cuatro, entonces estarán perdidos. Luego el ocelote se prepara, se estira, bosteza, se sacude, se relame. Enseguida se encoge y luego da un salto como volando. Y aunque el cazador esté a diez brazas o quince, se lanza para atraparlo. Sólo una vez salta, vuela, lleva el pelo erizado. Allí perece el cazador, es devorado.

Pero el cazador adiestrado, cuando ha disparado su primera flecha, si el ocelote la atrapa con sus garras, toma entonces una hoja de árbol o el pétalo de una flor y lo encaja en la punta de la flecha. Luego la dispara. La flecha con la hoja va haciendo ruido, como si fuera un chapulín. La hoja tal vez caerá a medio camino o quizás al lado del cazador. Al caer la hoja, el ocelote se distrae.
Entonces el cazador puede flecharlo, atinarle con la flecha.

Cuando el ocelote ha sido flechado, da un salto y luego cae en el suelo y queda sentado como un hombre, se coloca como estaba antes, con los ojos fijos hacia arriba, no los ha cerrado, se queda como viendo, parece estar vivo.
En donde quiera que come el ocelote, echa vaho para asustar a la gente y para que se aleje. La carne del ocelote quema la boca,
hace daño.

Códice Florentino, BERNARDINO DE SAHAGÚN
Traducción Yancuic Cemanahuac Iyolcahuan,
MIGUEL LEÓN-PORTILLA

Ilustraciones MIGUEL CASTRO LEÑERO

lunes, 8 de noviembre de 2010

Las bardas

Ustedes pueden seguir embarrándose la boca con sus consideraciones hediondas acerca del arte, de lo artístico, de su preparación académica artístico plástica, artístico visual, artístico escénica; francamente hace mucho no veo una barda auténticamente secuestrada para plasmar en ella las inquietudes que suele tener la gente a mi edad y fuera del alcance que tienen por aquí y por allá algunas expresiones colectivas formuladas desde la autogestión (es decir, desde la renuncia categórica a los espacios gubernamentales y empresariales) veo mucho bato empeñado exclusivamente en bailar bonito o dibujar bonito, o muy feo pero a propósito.

La cosa no es así, el valor a sendas obras en distintos imaginarios es proporcionado de tajo por esa maraña linguística escondida en los términos socio-histórico, en procesos temporales largos y muy lentos.

Lo demás es extensión publicitaria y política. Y qué mejor poder recordarlo ahora: los medios de producción (de sentido) son del pueblo. ¿El fin? Lograr una comunicación entre seres efectiva y sin tapujos.

Hoy estoy molesta e inconforme con las instituciones que llevan la batuta de cientos y cientos espíritus jóvenes, manchados tan pronto con su petulante formación artistoide. Necesaria es la proclamación e insurgencia de expresiones comunitarias, populares, y ésas no nos las van a entregar en las manitas, sobre ellas es necesario trabajar en equipo. Más chinga y menos ego. La revolución todavía es posible, cabrones.

martes, 2 de noviembre de 2010

Buen camino

Muerte semillaA mí me gusta el punk
Dime-¿Y los niños que van disfrazados? -Los niños que van disfrazados no son de aquí.
Sin saber que era la muerte, me encontré con la huesuda. Me dijo la testaruda no bebas aguardiente, vas a morir de una cruda y amarga será tu suerte. ¡Querreque!
Cuerpo presenteCooperativa del Barrio de San SebastiánKuali ojtli ikniutzinQue te quiero bien lo sabe dios, si tus besos es que son ajenos, que venga la muerte y nos lleve a los dos
Los colores del vitralVuelve semilla

lunes, 1 de noviembre de 2010

No es la muerte

es la noche
que se burla
de mí

y me deja
ciega

perdida

bella
“tan bella”

con ausencias
desdobladas
a una voz

que espera
entre las hojas

y tiembla