lunes, 17 de marzo de 2014

Recuerdo 72137

¿Por qué hay días así de geniales?

Bien, haré una nota al respecto.

Estábamos hace unos años metidos en ese coche blanco que se desmadró no sé dónde. Ya habíamos salido de San Pablo, de estar con Naye y sus hermanos.

Él traía en su guantera una bolsa con cartones de lsd. Me adelanté y cometí la babosada de pedir muchos días así de geniales. 

Luego él salió con el reality check: "no todos los días pueden ser así" (de geniales).

Creo que lo entendí y al pasar de los años me doy tiempo para ir a los mariposarios con mis amigos, me doy tiempo para tomar el sol en Chapultepec, o para transitarlo de noche a escondidas de los vigilantes. 

También me doy chance de convencer a la gente que quiero de insistir en sus talentos aunque la cámara para ejecutarlos cueste mucho varo. Me doy tiempo para que la mamá de mis carnalitos nos haga tortas geniales de almuerzo.

Avanzo los metrobuses con una guitarrita azul y una caja de chocolates. Uso el metro escuchando rap bien fuerte y fantaseo. Uso gafas negras. 

Llego a la casa del colectivo para ver en qué se puede ir avanzando. Últimamente pienso muchas cosas en grupal y recuerdo con agradecimiento y cierta nostalgia todas las enseñanzas del morro del coche blanco.

Es verdad: no todos los días pueden ser así de geniales.



martes, 11 de marzo de 2014

La resistencia...

La resistencia de los pueblos claro que nos da vueltas, y que nos siga dando vueltas que nos toca a nosotros abrir en el ahora el tiempo que se expande hacia el centro de si mismo
por donde regresamos al alba. 

Te agradezco aun más tu palabra que se esfuerza, como se esforzaron aquellos en la montaña, por encontrar el tacto, la superficie donde se palpa el oscuro latir de la esperanza. 

Salud! Por una larga caminata en la selva del lenguaje.

JUAN MANUEL SEPÚLVEDA 

miércoles, 5 de marzo de 2014

Miércoles de dark side





Pesadilla # 1:

Sueñas que vas con alguien en el metro cantando las de "josé josé", qué intérprete tan conveniente. Y la persona de al lado se desdibuja para convertirse en alguien más. En alguien que no querías pero sí querías que fuera.

Pesadilla # 2:

Vuelves a soñar. Es como el inception de los días malos. Ahora sueñas con tu pueblo y a lo lejos ves pasear a dos fulanos por las aceras que tú deberías ir recorriendo tranquilamente. Pero no. En cambio llega a ti una imagen bastante paranoica de esas mismas dos personas y piensas que quieren hacerte daño. ¡Pero a qué estamos jugando! ¿Complejo de Electra, eres tú?

Pesadilla # 3

Como dormiste el doble, llegas tarde el doble. El trabajo te tiene cagada y no precisamente despierta. "Eres irresponsable, te acomodás en tu lugar de empleada, cuando te lo proponés eres la mejor en lo que haces, te sabés buena, eres irremplazable, bla, bla, bla, bla

Pesadilla # 4

Te cuesta exactamente 420 mil varos ser violada de estado, ser presa de estado, te cuesta ese monto ser liberada a los ojos de un sistema que evidentemente no conoce la libertad. El trending topic se muestra agradecido, feliz, victorioso. Te repites que hoy eres más libre, en algún remoto rincón del más paralelo de los universos, claro. 

Pesadilla # 5

Adiós Luis Villoro, no se perderá de nada. 

Pesadilla # 6

Allá alguien que quieres está muriendo de dolor y no sabes si por el dentista o por qué, pero te preocupas porque tu sobreprotección idiota te lleva a preocuparte, a preguntar, a intentar no suponer. ¿Pero estará bien? ¿Y si no? La operadora dice que esperes a la próxima semana.

Pesadilla # 7

Se te ponen los ojitos brillosos y todo, pero ya no recuerdas cómo soltarte a llorar.


martes, 4 de marzo de 2014

domingo, 2 de marzo de 2014

La ya conocida y muy estúpida sensiblería de marzo

Para el paisa que ahí anda..


A continuación un obsesivo despliegue retórico, muy inútil, que argumenta por qué debemos creer más en la quiromancia, la cumbia, los dioses aztecas y los astros-boys. 


No todos los días reconozco que cometí cagadas, no todos los días sostengo de frente mis mentirotas, no todos los días miro a los ojos a las personas que amo. No todos los días puedo verte reir. 

Ni todos los días lloro, ni todos los días te extraño, ni todos los días imagino cómo habría sido de otra manera, sin mis cagadas y mentiras y pretextos y contradicciones.

Ni todos los días te encuentro tan exquisitamente tú,  ni todos los días puedo arreglármelas con tus modos y formas, ni todos los días me doy por vencida ya entrada la noche para reconocer que nos perdí. Ni todos los días desbarato el pasado. Ni todos los días te quiero en mi presente,

A-H-O-R-A

R-I-G-H-T   N-O-W



Ni todos los días me haces un té caliente. Ni todo los días te comparto mis textos. Ni todos los días bailamos, ni todos los días me quedo así de triste. Ni todos los días me gobierno con esta prudencia de salir volando a ese hogar que habitamos 

imaginariamente

hechos y vivos

en la palabra del otro.








Entonces supongo que hoy fue un domingo con suerte...