domingo, 28 de febrero de 2010

Algunas letras para cantar

Ha sido un finde largo, pasé la noche del sábado en Pachuca -la ciudad donde nací- y logré colarme a un modesto y orgulloso carnaval organizado por los vecinos del lugar.
Fue fiesta de luna llena, brujas, exorcismos, chupe y taconeo. Nadie quedó fuera, salvo el desamparo y desconsuelo. Bailé con el gozo propio de las cloacas. La noche del 26 de febrero fue una de esas muy remotas en las que me he sentido verdaderamente feliz.
Dejo huellas, como siempre, que expliquen los eventos.
Dicen que andan diciendo
de Amparito y de Consuelo
que se fueron para Hidalgo
en busca de un jaranero
Que llegaron hasta el cerro
las hermanas con sus velos
preguntando por Jesús
un tlacuilo de ojos negros
Pero no querían decirles
los ancianos ni los perros
donde andaba el flaco
con su aire aventurero
Muy celoso todo el pueblo
las tuvieron padeciendo
sabían que de esas mujeres
el mayor mal eran sus besos
Y dicen por ahí
dicen que andan diciendo
las hermanas van errantes
como brujas hechas fuego

miércoles, 24 de febrero de 2010

Hegeliana

te veo ahí
mi negación más próxima
el lugar donde concluyo
el arco que no atravieso

guardada está la piel
y sus arrugas

la nariz brillosa
la frente grasa

un par de testículos colgados

en los párpados

el sexo cano
blanquecino
sin furores de otras tierras
sin rencor de la miseria

viejo

mi seno sepia
mi muslo apolillado…

creo que es tiempo de afirmar
con un anuncio

cuerpo rematado
se traspasan pasos saldos
fin de carretera
colofón y varadero.

martes, 23 de febrero de 2010

2. Lo que no alcanza para organizarnos

Uno de los vicios que de profesión arrastro es la imposibilidad para explicarle a los demás cuál fue el objeto de estudio de mi generación perseguido durante cinco años de universidad. Cualquier intento por definir el fenómeno comunicativo se queda parco, gris, repetición aburrida del teórico fulano o mengano. Qué mal.

No sé si sea el caso de otras profesiones, artes u oficios, la danza o la cibernética –por ejemplo- pueden definirse con mayor sencillez. Esa constante me ha tenido alerta cuando alguien me pregunta a qué me dedico, por lo tanto me obligué a elegir definición, la más simple: soy comunicóloga, respondo. Luego a quemarropa el interlocutor voraz preguntará ¿qué es comunicación? Y ya, sin dudarlo ni darle vueltas contesto: poner en común el asunto.

En gran medida las anotaciones de mi tesis universitaria aclararon el interés por acordar algunos puntos sobre el evento audiovisual en el cine. Para aquél prólogo cuidé mantener tres ejes: la universalidad de las manifestaciones culturales, mi capricho por la imagen en movimiento (cosa que heredé precisamente de la danza) y la inquietud por aquellas actividades de divulgación, concepto que definí entonces como decir-sobre, para finalmente reproducir: quiero decir sobre cine y poner en común al cine.

Pero hay más. Desafortunadamente mis respuestas fáciles no alcanzan para tener un poco de perspectiva sobre la complejidad básica de los procesos comunicativos actuales. La estructura y dinámica del sistema nuestro de cada día –caduco, terriblemente caduco y hediondo- pone a la comunicación global y local como principal responsable de la elaboración de rasgos de identidad social. Es decir, en aquello que se comunica –en esa práctica de poner en común lo que acontece en lo social, concebida así por albergar en su definición las ideas de los sujetos- están depositadas las construcciones de sentido más arraigadas de nuestro ser en tanto colectivo, nacional.

Esa directriz discursiva ha quedado delegada sin mayor reproche a los diferentes medios de comunicación. Lamentable y cierto como esa voz que advierte sin pudores: no hay producción de sentido.

O tal vez sí, aunque por asociación de síntomas, los mensajes intercambiados entre particulares están condenados a gestarse en un panorama al cual le veo por el momento ciertas características: volatilidad, dolor, intransigencia y pánico.

¿Y luego qué? El resultado se lee solo: si la crisis de la clase media mexicana radicaba en la anulación de su generación de bienes y la debilidad de sus relaciones de producción (anótese la palabra desempleo), así como su conversión en una masa teledirigida sin operación en lo político, más las incongruencias propias de su tendencia al escándalo entre lo público y lo privado; y aquello que por historia o por ocio se quiera agregar a la lista. Ahora el patetismo es extendido a eliminar de tajo cualquier proceso de comunicación medianamente saludable.

El sujeto no puede poner en común sus necesidades primordiales pues las reglas del juego en tal catástrofe apuntan a que todo lo dicho se perderá al instante, será articulado desde un gran malestar, detonador de la incapacidad para avanzar en plural, teñido por el miedo a expresarse.

Lo que es peor, grupos enteros están celebrando en este momento la posibilidad que las redes sociales proporcionan para socializar sus ideas.

Tengo mis dudas. Con todo el tinte apocalíptico del que estoy segura guardan mis letras, la comunicación humana va en detrimento pues la construcción de distintos egos se está generando exclusivamente en lo impersonal, en el anonimato.
No me sorprendería que en poco tiempo empiecen a dictar los encabezados del blogroll que el índice de personas con trastornos emocionales vaya a la alza, como no me sorprendería tampoco que esta entrada sea absolutamente ignorada por mis siete lectores o que mañana a la mañana despierte y vaya al twitter para leer muchas referencias biográficas –bios- de personalidades exitosas, especialistas en social media.

Al final la línea de ánimo estilo Goya dice tres palabras: sociedad-transgredida-hiperinformada.
Bienvenidos al futuro.

Necessità

El que no tenga necesidad de ser no será nunca.
NICCOLÒ DI BERNARDO DEI MACHIAVELLI

domingo, 21 de febrero de 2010

Proporción áurea

declaro
un punto
de partida

que concluya
mis renglones

con tiempo
profano
y trucos

porque temo

avanzar

euritmia fatal
ley condenada
a repetirme

lunes, 15 de febrero de 2010

descaradas las histerias

Desde acá convoco a todas las damitas a formar parte de este sencillo proyecto en ciernes.

¿De qué se trata?

Bien, básicamente de observarnos.

CONVOCATORIA
descaradas las histerias es un proyecto de fotografía documental que recopilará un retrato por participante donde se muestren aquellos estados de ánimo que suelen ser perturbadores y mantenernos al borde del desazón y la locura.

Entendemos que no es fácil ser humano, sentimos miedo, frustración, impotencia y muchos otros desacuerdos personales; por tal razón te suplicamos ¡mándanos una foto!

Esperamos recibir muchos retratos, cientos de ellos. He aquí algunas sugerencias de los perfiles que estamos buscando, si te sientes identificada con uno regálanos tu fotografía

Mujeres adictas
Mujeres asesinas
Mujeres cansadas y casadas
Mujeres castigadas
Mujeres compulsivas
Mujeres con pesadillas
Mujeres con hijos
Mujeres culpables
Mujeres decepcionadas
Mujeres desempleadas
Mujeres de luto
Mujeres discriminadas
Mujeres encerradas
Mujeres estériles
Mujeres fastidiadas
Mujeres feas
Mujeres fracasadas
Mujeres golpeadas
Mujeres incomprendidas
Mujeres infieles
Mujeres insatisfechas
Mujeres niñas
Mujeres ociosas
Mujeres que lloran
Mujeres silenciadas
Mujeres sin dinero
Mujeres sin estudios comprobables
Mujeres sin éxito profesional
Mujeres sin metas
Mujeres sin príncipe azul
Mujeres sin sexo
Mujeres sin tiempo
Mujeres solitarias
Mujeres tristes
Mujeres viejas
Mujeres violentas y violentadas

No tratamos de estereotiparnos en este mundo ya de por sí complicado, al contrario. Nos interesa profundamente ver cómo luces. El requisito fundamental de nuestras participantes será la honestidad para decir sí, soy ésta que ves aquí.

Puedes utilizar una foto tomada por algún amigo o familiar y también puedes enviarnos un autoretrato. Por el momento nos interesa conocer tu cara.

Envía tu fotografía al correo descaradaslashisterias@gmail.com con tu nombre y una breve explicación de qué te aqueja en este momento. Es muy importante contar por qué ahora te sientes mal contigo misma, la extensión que le des a tu comentario será fundamental para dar el siguiente paso entre nosotras, mujeres.

Las participantes que decidan colaborar con nosotras serán automáticamente gestoras de este proyecto colectivo y recibirán información sobre el paradero de sus fotos y las muchas otras conformarán una selección de reserva especial.

Si tienes alguna duda, pregúntale a María Elena en este espacio.

Te necesitamos :)

domingo, 14 de febrero de 2010

Domigo 14

...night town
night town a glass
color mahogany
color mahogany center
rose is a rose is a rose is a rose
loveliness extreme
sweetest ice-cream
page ages page ages page ages
wiped wiped wire wire
sweeter than peaches and pears and cream
wiped wire wiped wire
extra extreme...
GERTRUDE STEIN

jueves, 11 de febrero de 2010

Reconstrucción o breve repaso sobre la condena (4a parte)

Esta entrada retoma mis apreciaciones sobre el cine de paranoia escritas el mes pasado, el tema se desborda por sí solo pero más vale sugerir en las siguientes oraciones mi punto sobre la caduca institucionalidad. Si no mal recuerdo, con el ejemplo anterior (Brazil, de Terry Gilliam) señalé a la familia como buena promotora de la paranoia. En esta ocasión toca sentar en el texto de los acusados a la ciencia, la labor de los hombres.

3: 21am, nota personal: sólo son números.
Max Cohen, parece haber perdido el contacto con la realidad del mismo modo que Lowry en Pi (Aronofski, 1998); él también cree haber sido llamado a salvar el mundo, e incluso se denomina el elegido ante un grupo de judíos que le ha buscado para pedirle el número divino.

El objeto perseguidor de Cohen es la incansable búsqueda de patrones que muevan al universo.
La genialidad y la aptitud matemática guardan siempre dentro de sí un rasgo psicótico -paranoide- a lo largo del film.


Además se presenta otra consecuencia en Cohen: la sustitución de la sexualidad por la tecnología. Max Cohen escucha detrás de sus máquinas, justo antes de su crisis paranoica más grave, el gemido de una mujer... que no le da ninguna respuesta.El grado de de perversión guardada entre la máquina y ser humano bien fue descrita en la lieratura por J.G. Ballard en su novela de ciencia ficción, Crash; sin embargo el punto de vista de Aronofski sugiere como en Gilliam una supresión total de la genitalidad pues el paranoide está siemdo tan perseguido que obtiene de esta experiencia todo el displacer necesario, mientras sus experiencias placenteras están entregadas a las largas jornadas de trabajo o a la solución obsesiva de paradigmas inexistentes.

Cohen también se desvanece ante la culpa de no poseer el código revelador, además su instancia paterna también fallece.


La obsesión del espiral, nuevamente la ascención del antihéroe que falla a quienes ha pretendido salvar, logran en Max un delirio más dramático cuyos contenidos latentes son doblemente complejos de interpretar.

Sin embargo, Cohen marca la diferencia al ser capaz de llegar a un estado mínimo de conciencia que le permite observar su tragedia y redimirse al quemar la hoja con los números del patrón anhelado.

El universo interior de Cohen señala que su cerebro, o el de su máquina, no funciona correctamente, quizá por eso decide herirse cabeza. El delirio reconstruye la fantasía donde Cohen puede herir su cerebro. Al delirar, incluso se observa un desplazamiento donde él mismo cree ser el interior de su computadora personal -amante a la vez- contanto cada número del patrón.

El cuestionamiento más válido en torno a este breve repaso sobre la condena radicaría en la reflexión sobre el entramado social que exige, para mantener sus estándares de normalidad gente potencializada a cumplir el rol del héroe, asunto que en verdad no sería necesario, renunciando a los estatutos de poder, como hace Cohen, y abandonando la sanción moral, es decir, cambiándola por la ética que observa más al humano. Aunque cierto es que dicha postura resulta inútil pues la legitimización del poder justo se da por medio de quien lo ejerce y quien sanciona lo que considera sancionable.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Tejedor de palabras

Hoy me has hecho recordar todo lo que tengo. La sonrisa se esboza apenas porque no se trata de la victoria que yo habría pensado, en todo caso hago un gesto de complicidad.
Ahí estabas. Intentando establecer orden en medio de lexemas y gramemas, usos semánticos y perfectos desconocidos de ti, de quién eres tú. Porque ahora que te he visto sé que no he visto nada pero la voz te ha leído e insinuando: requiero tiempo, de ése que corre como en espiral.
Aunque quise no pude sorprenderme, en todo caso me parece la afirmación más lógica y justa escrita de tu puño, tan bárbaro.Ese solo momento ha hecho colapsar al universo. No tienes idea. De un tiempo acá está la urgencia de ser caracoles, infinitos. Pero ahí estás tú, Torres Landa, y me has contagiado el sueño como nunca lograrán los mítines políticos, ni las hipocresías de causa –a estas fechas tan recurrentes-, ni los hombres que se han desilusionado y ya no me acompañan.
En cambio sé de ti que no te he fallado. Las oraciones antes del prólogo me lo confirman. Me admiras. Me quieres. Mucho.
Vuelvo un momento a mis mariconadas y con singular belleza aprecio nuestros labios sin besarse, nuestros cuerpos que nunca habrán de verse desnudos, la parejita que no seremos. Ese vino no se bebe.
Ahora corresponde agradecerte porque eres la gran excepción a la regla quédate un rato y cuando me acostumbre a ti, márchate.
No. Tú eres algo más. Mi amigo, mi tímida burla, mi paseo por la ciudad cuando la rutina parece secuestrarme. La camaradería de hace un rato cuando interpretabas al escritor y yo a la periodista. El pasado. Teatro.
Qué orgullo verte en ese saco, redactarte ahora en este espacio trémulo, encargado de mantenerme en construcción. Desde hace tiempo sé que pocos transitarán el camino que has elegido hacerte, como también sé que no nos cansamos de criticar nuestros propios modos tan gastados de pseudo nivel académico. Otros podrían tragarse la idea de vernos a ambos enredados entre signos y significantes carentes de objeto. Nosotros sabemos que la vida apesta y aquello es puro blof.
Me gusta tanto esto de poder serenarme a tu lado y pensar que no hay intelectualidad suficiente para librarnos de nuestras carencias. Sólo está la paz. Tu paz.
Está nuestro afán de no lucha y el claro objetivo de renunciar a la violencia o –por lo menos- mantenerla lejos del lenguaje. Ahí tenemos puestos los ojos. Llegaremos.
Ha sido verte un remanso de franqueza. Te escribo aquí y ya no tengo temor a nada, mucho menos a estar sola; el mundo puede seguir sus ciclos, me has dado fuerza.
Te dejo en este sitio donde comulgan nuevos eventos con la clara impresión de entender y sentir que me has regalado la auténtica experiencia de compartirnos tan humanos, abandonados ya de todas las formas que se inventa el hombre para hacerse permanecer en la vida de otro. Soy y eres nada, sin embargo el lazo nos sigue hilvanando, colega, haciéndonos más sabios de a poco como es necesario para avanzar y no confiar que hay respuesta. En el fondo no la hay. La tejemos. La inventamos.

martes, 9 de febrero de 2010

Clara

ahora
me transcribo

visceral

frágil limbia
voraz séptum
mesenséfalos

desprovista
personalidad

núcleo gris
sin cómplice
ni recato
ni conducta

lunes, 8 de febrero de 2010

Esbozo de medianoche

En cada hombre hay algo que ningún otro ve ni verá nunca: ni los que vivieron con él en comunión de pan, ni los que desde afuera trataron de zahondar en su vida, ni los que pudieron amarlo y no le amaron, ni los que por no poder quererle lo aborrecieron. Sin embargo, con ese algo virginal y mío voy dibujando este libro en el que va quedando, aunque escondida en su entraña, bien impresa mi vida, la vean o no la vean los que conmigo vivieron, los que no pudieron o no quisieron quererme y los que me quisieron, que no siempre el querer anda por la vida con los ojos abiertos. Lo que sí digo a todos es que al escribir el libro y al imprimir en él mi vida, no lo hice para resaltar mis virtudes y menos todavía para deslustrar las de quienes no compartieron conmigo ni mi sal ni mi idea, pues cuando critico al violento lo hago solamente para pedirle que no dispare su arma, ya que al alcance de sus dardos pasa una criatura inocente que podría ser muerta o herida. De ahí que mi crítica no sea nunca censura, sino siempre ruego.
MIGUEL GIMÉNEZ IGUALADA

Isabel

Anoche nos avisaron que se murió Chabela. Iban a dar las once cuando llegó Jesús bien pálido a darnos la noticia. Se la llevó la cruz verde –nos dijo, y después me pidió el baño. Le dije que pasara y escuché que vomitaba.

Gloria se había pasado toda la tarde fumando y después de lo que nos dijo Chucho nos pidió a Lupe y a mí que fuéramos a Xoco a reconocer a Chabela. Ni lloró ni nada, pero después Gloria se puso a hablar por teléfono con Ulises, el güey del café internet Capricornio. Estaba bien encabronada. Le dijo que no sabía la que se le venía encima ora que se había muerto Chabela y que lo mejor era cerrar el internet hasta que la tira olvidara el asunto.

A ella la conocí a los trece, bueno, a los doce años. Estudiamos juntas primero y segundo de secundaria en la 217, yo sí acabé ahí hasta tercero pero Isabel se salió antes; en clase de química nos dijo que ya le daba mucha hueva estudiar. Todos sus papeles están a nombre de Isabel Domínguez Carrillo, me acuerdo que una vez ví su boleta y había sacado puros seises y sietes. Ese día me cagué de risa de su nombre. Le dije que sus apellidos eran la pura mamada y ella se enojó y me arrebato la boleta. Lo último que me dijo ese día es que necesitaba tomarse unas fotos no tan aburridas como las que pedían en la escuela y que de nada servía que me burlara de su nombre porque ya nadie lo iba a usar.

Isabel Domínguez Carrillo. Así decía el acta de defunción de Chabela. No me gustó tener que repetírselo a la señorita de la delegación. Pinche vieja pendeja, si supiera cuánto me dolía perder a mi amiga de seguro se aplicaba más con la tecleada. Me cae que la Chabela se rifaba más para eso de las computadoras. Y desde que tuiteaba, se daba vuelo la canija. Siempre le decía que me tenía que abrir mi cuenta con una foto bonita para que me cayeran buenos clientes como a ella. Ella se reía y me pendejeaba. No se dice así –decía- se dice ávatar y se volvía a reír.

Las últimas veces yo veía que tuiteaba mucho y con avatares que no eran sus fotos, le había dado por tuitear usando nombres de hombres y con fotos de ñores medio intelectuales. Supongo que era para tener de su lado a las chavas que le contactaba a Ulises pero quién sabe.

Total. Llegamos Lupe y yo a Xoco y después de un rato nos pasaron a un cuarto metálico. En un cajón estaba Chabela. Cuando la ví quise moverla para ver si despertaba porque nada más parecía como si durmiera, se me hizo medio pendeja la idea de que estuviera muerta. Pero no nos dejaron tocarla. Lupe fue la que dijo sí-es, y después de eso el doctor nos dejó a solas con Chabela para despedirla.

De todas en casa de Gloria, Chabela siempre fue la más puta y cabrona. A mí me gustaba eso de ella, creo que por eso decidí entrarle a lo de Gloria y Ulises. En la prepa abrí mi hi5 y las primeras fotos que subí eran de Chabela y mías. Ella se acaba de tatuar la pierna y le presté un short pegado con el que se le veía chido; para esas fotos le pedimos su celular a Ulises y ella me tomó unas. Me pidió que abriera las piernas. Le dije que me quería cambiar porque el uniforme del cetis no me gustaba. Pero no me dejó. Te ves mejor así –me decía Chabela- nada más quítate el suéter.

Esas fotos del hi5 se las pasó a Ulises y un mes después yo ya trabajaba con Gloria en la casa. Por eso Chabela siempre decía que ella era mi representante.

El tatuaje de la pierna se veía más claro con la luz de la morgue. No me había dado cuenta que no dejaba de verlo hasta que volteé porque Lupe me preguntó si ya había visto que Chabela estaba bien buena.

Le vi los pezones a Isabel. La había visto desnuda muchas veces pero nunca con tanto detenimiento. Eran muy oscuros y grandes. Pensé que su cuerpo estaba más duro que de costumbre y esa idea me puso bastante.

Lupe estaba llorando y creyó que no me di cuenta así que pensé que iba a estar muy clavada con sus lágrimas para darse cuenta de lo que hice.

Me acerqué a Chabela y le toqué el tatuaje, luego le metí dos lamidas a los pezones oscuros. Igual fue sólo mi imaginación pero me pareció ver que los vellos de su ombligo también estaban tiesos así que bajé con la lengua hasta allá y mordí su vientre.

Todavía traía olor a cama. Pensé que lo último que Chabela hizo antes de morir fue coger y eso terminó por excitarme; así que sin pensarlo dos veces me fui al centro de sus piernas y metí la mano ahí. Me costó trabajo pero el sexo todavía lo traía caliente. Probé la vagina de Chabela y es muy raro porque de todas las veces que he aplicado el oral con chavas nunca me supo tan extraño como aquélla. Seguro había semen del pendejo que la desgració con una piedra en la cabeza después de contactarla en twitter. Pero no me importó. El sabor de Chabela me lo guardaré hasta que regrese la muerte por mí o algo.

Prendí la computadora de Gloria para dar de baja el twitter de Chabela porque ya nadie lo va a usar y me parece justo que ni yo siga tuiteando desde ahí. Ella me pasó su contraseña una vez que quedamos de aparecer en el Salón Corona con unos clientes y por eso la guardé. La de las otras cuentas no la tengo pero igual ya no importa.

Después me metí a mi cuenta para tuitear con @ulisesmx a ver si sabe qué pedo con el café internet después de la llamada de Gloria. En los replays encontré un mensaje de @deibe que decía: cuántos años tienes? tuiteas más grande; me recuerdas a Justina.

También encontré un letrero azul que decía de los relatos de #tuiterasprostitutas en su time line así que me puse a escribir. No sé quién es Justina pero sigo pensando qué le voy a decir cuando me pregunte por Chabela.

lunes, 1 de febrero de 2010

Alto contraste

busco
sin refugio

bajo tierra

me encuentro
la misma

espiral abierta

bienvengo
dos manos
al banquete

húmeda
como hierba

silvestre