domingo, 12 de septiembre de 2010

Abandonados a las puertas de las peores galaxias

Y si la otra vida fuera
prolongar la conciencia hasta el instante
en que se pudre la última molécula
posibilidad de memoria y presencia
en el espectáculo obsceno de lo ajeno
aunque el deseo sea recuerdo
o viejas sombras
que los ojos aceptaran
en su terror de incógnitos
si la inmortalidad se pudriera
si se pudriera
bienaventuradas entonces las momias
y desventurados los incinerados
aunque nada se sepa a ciencia cierta
sobre la voluntad de ser de la ceniza.Hasta los átomos
tendrían reivindicaciones nucleares
para que no les desintegren
ciegas materias
ciega la nada el infinito ciego
sólo la vida mira y teme
porque muere

mira el hurón mira la hormiga
mira la planta y hasta la piedra
que fue montaña y será ruina
mira

tiempo tiempo tiempo
de ver y no ver
desde el vientre implacable de la nada mezquina.
Si te perdieras
entre Júpiter y Urano
te arrancarías los ojos para no ver el miedo
del universo entero pendiente de no verte

pues si te vieran
las estrellas tendrían conciencia de tragedia
tendrían conciencia

comprenderían su lógica ciega
inventarían la óptica
el poker
la ética
la estética
y el universo entero se iría a hacer puñetas.
Pero qué inútil canto
el que canta a la muerte
qué inútil canto el que previene
a los navegantes
más allá del silencio
entre barcos varados
en los mares de mármol
donde buscan su rumbo las aves sin suerte.
Para qué contemplar
el repetido error del olvido
o la inútil precaución del recuerdo

los supervivientes merecen
bogar por sus deseos

inciertas naves antiguo tu naufragio
mirón mirón que miras
la obscena repetición del fracaso.
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
(Pero el viajero que huye, segunda parte)

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