Please help that one
No habrá nadie, ordenarás los recados que te de la vida anotados en un paseo con los pies mojados, verificarás tus deudas y no siempre te alcanzará la cordura para pagarlas. Perderás tiempo, todo el tiempo del mundo. Mirarás que aprendiste a mirar con más cautela aunque ello te persiga algunas veces. Sobrarán abrazos, irán caducando en la alacena.
¿Se vuelve a sentir? -preguntarás. -Cada vez menos -se animará por ahí alguien a contestarte mientras te ofrece una copa y tu garganta francamente se va pudriendo resfrío tras resfrío, mes por mes, como diezmo que viene a cobrar la ausencia.
Ganarás amigos, todos los amigos, en el fondo no sabrás cómo relacionarte del todo bien, pero los amigos hacen como que no se fijan en eso. Multiplicarás las preguntas divididas sobre las madrugadas, le restarás los detalles que la gente buena tiende a cometer contigo, sumarás las penas de hace años y años.
El refrigerador permanerá vacío, las cajas de pan permanecerán vacías, las tarjetas de débito permanecerán vacías, las almohadas también permanecerán vacías, pero no importa. Te esforzarás de manera sobrehumana por no pasar demasiadas horas en la oficina; amarás el blues y siempre buscarás pretexto para salir por café y cigarros.
Leerás hasta la muerte, pensarás en los afectos que sí son para siempre y te refugiarás en el cine y en las moradas de los buenos compañeros.
Harás chistes cada vez más ocurrentes para que otros te compartan risas, para inspeccionarlas como esas cosas que no conoces pero en el fondo quisieras. Escucharás de sobra, interpretarás de sobra. Te arrimarás al brazo de ese amor de hermanos y al fin sentirás que es de hermanos. Caminarás, pausadamente, platicarás tus sueños, aparecerás en sueños. Todo te será posible en sueños.
Harás consuelo en los pulques pendientes y en los juegos pendientes. Seguirás sin ir a misa aunque te apetezca creer en dios. Te harás de valor y de palabras. Harás esperanza en juntarte al sueño de los que sí tienen esperanza. Sentirás la impaciencia de los insomnes. No nostalgiarás.
No habrá nadie, ordenarás los recados que te de la vida anotados en un paseo con los pies mojados, verificarás tus deudas y no siempre te alcanzará la cordura para pagarlas. Perderás tiempo, todo el tiempo del mundo. Mirarás que aprendiste a mirar con más cautela aunque ello te persiga algunas veces. Sobrarán abrazos, irán caducando en la alacena.
¿Se vuelve a sentir? -preguntarás. -Cada vez menos -se animará por ahí alguien a contestarte mientras te ofrece una copa y tu garganta francamente se va pudriendo resfrío tras resfrío, mes por mes, como diezmo que viene a cobrar la ausencia.
Ganarás amigos, todos los amigos, en el fondo no sabrás cómo relacionarte del todo bien, pero los amigos hacen como que no se fijan en eso. Multiplicarás las preguntas divididas sobre las madrugadas, le restarás los detalles que la gente buena tiende a cometer contigo, sumarás las penas de hace años y años.
El refrigerador permanerá vacío, las cajas de pan permanecerán vacías, las tarjetas de débito permanecerán vacías, las almohadas también permanecerán vacías, pero no importa. Te esforzarás de manera sobrehumana por no pasar demasiadas horas en la oficina; amarás el blues y siempre buscarás pretexto para salir por café y cigarros.
Leerás hasta la muerte, pensarás en los afectos que sí son para siempre y te refugiarás en el cine y en las moradas de los buenos compañeros.
Harás chistes cada vez más ocurrentes para que otros te compartan risas, para inspeccionarlas como esas cosas que no conoces pero en el fondo quisieras. Escucharás de sobra, interpretarás de sobra. Te arrimarás al brazo de ese amor de hermanos y al fin sentirás que es de hermanos. Caminarás, pausadamente, platicarás tus sueños, aparecerás en sueños. Todo te será posible en sueños.
Harás consuelo en los pulques pendientes y en los juegos pendientes. Seguirás sin ir a misa aunque te apetezca creer en dios. Te harás de valor y de palabras. Harás esperanza en juntarte al sueño de los que sí tienen esperanza. Sentirás la impaciencia de los insomnes. No nostalgiarás.
yo creo que no es necesario creer en un dios, nuestrxs tatas nos dejaron el legado de que hay muchxs, es mejor hacer una oración y aventarla al cielo, para que las más tristes situaciones se desvanezcan, tal vez comer una flor, una semilla para ayudar
ResponderEliminaruna vez un punk de slp me dijo que los punk nunca olvidan, porque los punk si tienen memoria
por eso se me han metido unas ideas a la cabeza que no puedo dejar ni olvidar
me gusta como escribes, es rifado y me hace viajar
El dios pulque es de los más sensatos y entonces estaremos parejos. Muchas gracias :)
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