lunes, 9 de abril de 2012

Días sin dios

"Dios está muerto. Él no nos puede ver, está muerto. Está muerto hasta el domingo"
 
Algunos retratos sobre semana santa ilustran a los pueblos perdidos en la cordillera del Perú en su afán por sublimar el luto que debería promoverse en los corazones desde el viernes santo  hasta el domingo de resurrección. Así el caso de Madeinusa, cinta de Claudia Vargas Llosa, estrenada en 2005. 

Dura dos días el festín de la comunidad india recreado por la directora, un hombre tiene en sus manos la labor de medir el tiempo, sentado frente al templo, con fichas que cambiar minuto a minuto para avisar al pueblo que atraviesa un afortunado periplo sin dios ni amo. Las muchachas de la sierra bajan disfrazadas para competir por el título de virgencita, entre ellas la ganadora besará los labios de cristo; las demás seguirán apacibles escarbándose los piojos. Un gran aquelarre espera a los oriundos de esta región perdida, el incesto está permitido, lo mismo que los caciques entren al lugar para abusar de las mujeres. La música de viento y caña no cesa. Las vendetas cobran forma, los pederastas mueren envenenados por las indias y uno envidia no conocer otros confines, allá muy lejos espera el mundo civilizado en Lima. La tristeza que más debería conmover a la tierra  es motivo de fiesta unas cuarenta y ocho horas, los santos aguardan en sus iglesias, tumbados, cubiertos en el piso con mantos frescos. Los más jóvenes de aquellos lares conocen así la idolatría...


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