A la disidencia en general:
Sonrían, el sistema quiere esclavos felices. Es mentira que algunos están listos para repartir amor en todas sus formas, nos han mentido al llamarnos "libertarios". Supongo que no hay libertad ni felicidad si no hay para todos; y no merecen llamarse luchadores sociales cuando aún, en lo más profundo de su miseria humana, son capaces de celebrar el dolor del otro, la pérdida irreparable del otro. Lo demás sea demagogia.
Hoy tengo ganas de salir a la calle, dejar los talleres, las pegas, demás panfletos, dejar la comunicación encriptada, la okupa, el comercio justo, las librerías, el colectivo. Todo.
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Uno se tiene que aplicar para ser contestatario, albañil, músico, libertario. Pero sobre todo siempre hay que ser vago.
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