sábado, 11 de octubre de 2014

2:11

Escribo de madrugada para hablar con mis fantasmas. No tenía esta sensación de batalla perdida desde 2010, uno de los años más violentos y sanguinarios que recuerde en 27 años que tengo.

Hace poco escribí un post que titulé "soñé que me llevaba la guerrilla pero a lo mejor eran las autodefensas" y eso a lo largo del día me tuvo mal.

Por bobo que parezca guardo la sospecha de una visión en sueños que no fue lo suficientemente considerada.

Una pesadilla lúcida dijo aquél.

El ahora se me va con dificultades para conciliar el sueño. Me siento responsable por mucho de lo que pasa en este país y específicamente por mis maneras de incidir en la realidad inmediata, de manera personal y colectiva.

Algo llama a la soledad de selva y el espíritu juglar. Algo que además existe, está documentado en recientes feeds que llegaron a mis ojos de cualquier manera.

Temo y siento rabia. Pero más lo segundo.

No estoy deprimida, esa sería la respuesta fácil, pero no. Aunque parezca difícil creerlo me siento capaz de algo que no logro descifrar a ciencia cierta.

Siento frío.

Un eclipse estrella de la muerte en la luna y en el pecho.

La conciencia clara de la guerra y su secuela.

Nuestro mejor marakame y nahual nos cuide.









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