sábado, 29 de noviembre de 2014

Tolsá 20:52

Hemos comido la ira en la misma mesa
y visto al pueblo sacudirse la dignidad.

Las lunas de noviembre fueron la siempre guía
de un corazón que no deja de latir,
aunque nos repriman,
aunque nos desaparezcan,
aunque nos.

Unos compas resistiendo.

Decenas de miles escupiendo al miedo.

Cuarenta y tres. Once. Dos.

Y todavía no has visto nada.

El acuerdo fue acuerdo, el regreso fue regreso.

Luego vino el robo de ternura a mansalva.

Nos hemos robado un pedacito de piel sin para qués.

Se me está acabando el tiempo para decirte
lo que sé que escuchas en mis ojos.

Estás ahí
todavía dormido,
el calor aún distante se aproxima a la Tierra
en sus fragmentos de nube.

Cobijo tu ser
haciendo manto con los últimos temblores.

Tu risa es la música que baja como neblina sobre mi ánimo.

Ahuyentamos el frío todavía necesario para abrazarnos
y abrazarnos.


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