S.O.S (domingo)
Hay un trozo de pasado generándome intereses
en lugares insospechados.
Temo quedarme dormida los domingos
soñar que vienes
despertar y ver caer las nueve treinta de la noche
tan malignas sobre el lomo.
Y los teléfonos callan
y los libros se tensan cuando la luz de la lámpara
desnuda
sus títulos.
Hay horas en las que no logro, no puedo,
hacerme acompañar por las plantas.
Me sugiero recordar pendientes
proyecciones al futuro
eliminar el tabaco de la lista de deseos,
el ejercicio que no hago, nuevos optimismos
Ya el reloj sonará a las seis de la mañana,
el cereal nos endulzará artificialmente las bocas
la bestia cobrará vida a bien tempranas horas
los transportes, las comunicaciones.
Pero ahora es una constante apócrifa e insana
que me hace tomar conciencia de tus enojos
(de mis propias e irreversibles fallas).
Miro adormilada el daño que nos hice
mientras revuelvo títulos y títulos y más títulos
de películas para perderme de nuevo
y navegar con estulticia y asociados
la virtualidad que a veces en un golpe de suerte
nos abraza.
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