lunes, 20 de agosto de 2012

Valiendo verga

¿En dónde se depositan todos los corajes y pensamientos malvibrosos que de vez en cuando aparecen al recordar cuando alguien nos hirió a propósito o intencionalmente?

Nos enseñan a manejarnos en una suerte de estoicismo pacifista en el cual poner la otra mejilla es requisito para ser aprobados.

No, la gente que nos hace daño no arderá en ningún infierno, no será juzgada por diosito en otra vida; y desde mi punto de vista sería bueno de vez en cuando poder decir abiertamente: me emputa que te hayas pasado de verga. Así de simple.

Me revienta que me hayas partido la madre, me jode que te hayas ido con otra, me humilla que te hagas pendejo, etcétera.

También me caga que tus novias te ofrezcan una copia al carbón de lo que solíamos tener.

Las personas que en algún momento se empeñaron tanto en destruir lo de uno deberían ser exhibidos como los cobardes que son en alguna plaza pública, o algo. Pero ésta y otras ideas son bastante fascistoides...

1 comentario:

  1. tampoco sé donde se guarda todo eso, pero he escuchado que gente va al doctor a que les saquen las entrañas atrofiadas por tanto "enojarse", osea un doctor puede saber, o darnos una pista...


    ok not

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