lunes, 25 de julio de 2011

Queremos paz

Conspiración de mujeres

Apaciguar al perro. Así digo cuando algunas emociones no se están quietas y se hace necesidad buscarles un lugar aunque incomoden, de entrada porque tienen derecho a ser, como las hormigas.

Las imágenes que todo el día me rondaron el pensamiento tuvieron que ver con el microcosmos, con el mero origen de las cosas. Pensamientos de molécula y átomo. Pensamientos celulares en proporicón áurea.

En algún lado quería escribir que estoy en una etapa casi misógina del proceso. La reconciliación con la figura de "la mujer", de "lo femenino" anda en puro caos. Alguna vez alguien me dijo: "es que usted anda siempre en un camino casi de iluminación y a las primeras de cambio sucede algo que le hace añicos esa perspectiva". Es cierto.

Específicamente, traigo de cabo suelto, entender por qué las mujeres nos hacemos de escuderos. Ejemplificaré para ser más clara: hace un par de meses caí en la cuenta de tener pendiente comerme un sushi, pero era un pendiente de un medio año, cuando menos. Me negué el pescado como si ello implicara que para ser posible necesitara de alguien.

Siempre tengo esperanza de ser libre y regresar a casa, eso anoté hoy en el tuitah, salí de la oficina y me encaminé a echarme un pulque que también me debía. Ya en la pulcata le estuve dando a los pensamientos que dije.

Hay mucha morra por ahí haciéndose la ingenua, me parece que como mujeres seguimos refugiándonos en ser estudiosas, brillantes y encantadoras para tener un lugar en este puto sistema. La esclavitud puede ser tan sutil como esperar compañía ideal -que nos reafirme lo suficiente- para proceder de tal o cual manera. También creo que cuando uno camina y se adentra en la jungla de ser, el tiempo libre jamás debería deprimirnos y si ya en esas uno anda tristón pues lo último que debería suceder es sacar a alguno de su cotidiano para hacerlo parte de esa dinámica. ¿No? (porque nomás pregunto).

La autonomía es un hallazgo hermoso, más si viene acompañado de la renuncia tajante de querer sobresalir. El fantasma social que cultivan cientos de instituciones educativas es más bien peligroso. Me quedo con mi pequeña pero simple pero sincera búsqueda autodidacta.

Autogestión rima rebien con la palabra revolución.

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