Llegar a ti temprano con urgencia de ambulancia, de intervención quirúrgica incrustada en el beat de la soledad. De contado, sin retribuciones a largo plazo, sonrisas de por medio del por fin en casa. Desplegar maquetas, urdir los planos, inventar instrucciones; hacernos de plantas, de varilla y tabique.
Reinventar tus juegos y zurcir tu pasado sin preguntar cómo con quién en dónde pues es prioridad este asunto de platicarte el cielo y moldear las formas del presente arcilla.
Puedes venir a preguntar por ti, por quién eras entonces, por tu inquietud de gato, por tus máscaras de jaguar y otros asombros. Intentaré guardar esta memoria en tiempo supernova encontrando otras maneras de morir tus precipicios.
Amor, el amor transita a la velocidad de un tren viejo y atraviesa el sueño del mundo, despliega un manifiesto sobre la cautela y gracia de tu espasmo. Porque aún no nos conocemos, porque no sé a qué sabes detrás de las orejas. Porque a estas fechas tengo particular interés en hacer colección taxonómica de tus días soleados para darle cara a la guerra común de lo cotidiano y sus bombas de rutina y sus atentados terroristas de hastío, y sus acuartelamientos en corazones que bien parecen casas de seguridad con sus interrogatorios kagebé, efebeí, y ojalá nada más.
Morir mañana, renacer temprano, preparar estas líneas y desayuno. Siempre extraño de ti cosas indescifrables.
Que sepas que aquí estoy con vos, en ti.
Contigo.
Reinventar tus juegos y zurcir tu pasado sin preguntar cómo con quién en dónde pues es prioridad este asunto de platicarte el cielo y moldear las formas del presente arcilla.
Puedes venir a preguntar por ti, por quién eras entonces, por tu inquietud de gato, por tus máscaras de jaguar y otros asombros. Intentaré guardar esta memoria en tiempo supernova encontrando otras maneras de morir tus precipicios.
Amor, el amor transita a la velocidad de un tren viejo y atraviesa el sueño del mundo, despliega un manifiesto sobre la cautela y gracia de tu espasmo. Porque aún no nos conocemos, porque no sé a qué sabes detrás de las orejas. Porque a estas fechas tengo particular interés en hacer colección taxonómica de tus días soleados para darle cara a la guerra común de lo cotidiano y sus bombas de rutina y sus atentados terroristas de hastío, y sus acuartelamientos en corazones que bien parecen casas de seguridad con sus interrogatorios kagebé, efebeí, y ojalá nada más.
Morir mañana, renacer temprano, preparar estas líneas y desayuno. Siempre extraño de ti cosas indescifrables.
Que sepas que aquí estoy con vos, en ti.
Contigo.
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