miércoles, 27 de abril de 2011

Hipermorfismo

soy
un animal
triste

............................inexacto


corolario
expuesto

sombra
iracunda
lamiendo
la noche

lunes, 25 de abril de 2011

Improperios de la primera persona

Necesito dudas recurrentes, nuevas y mejores ausencias que auscultar mientras allá afuera la noche escurre. Saberme a ciegas como se sabe la silueta de la sierra tan negra navegante en su neblina. Arrebatarle a las caras de la gente esa violencia con la que anda entre callejones errante y terca; quedarme su miedo un rato, probarlo con la lengua de fuera, retorcerme con ella hasta que las cortinas de acero caigan y así una a una las conjeturas sobre aquello que nos hace simuladores de la vida feliz e infeliz, de la vida completa y la vida sin municiones, ni cartuchos, ni cananas y otras decisiones certeras.

Quiero que sepas que en mi cuarto hay un grillo ahora mismo y no podré y no podrás y no podremos callarlo, y el animal en sí me parece un buen pretexto para pensarte aquí y echarte levemente en falta. Es decir que a oscuras, en medio de esta amenaza insomne tan ruidosa, voy de veras a hacerme idea de ti ahora que es tarde para platicar de nuestras ingenuas apreciaciones del cine y la revuelta, ahora que estoy yo tan conmigo.

Se me ha ocurrido como rematado enmendo saberme dueña de esto que es nada, sólo un cúmulo de noches amontonándose unas a otras, apretando entre cada una, más y más, los rincones donde hacen su motín los fantasmas y ahora los grillos. Se me ha ocurrido lamerme el hueso de los sueños aquí donde creo no hacerle daño a nadie, vaya, la flamante idea de desenrollar sin precauciones esta soledad mientras allá las luces y los locos; la sola idea de habitar de una vez por todas el universo con todas sus variables es un delicioso platillo que me vengo quedando en deuda desde hace tiempo.

Así que déjame hablar por mí esta noche, déjame unas horas en mi anonimato de primer plano. Que corran las agujas, los engranes, las sirenas, los coches, las cosas que el mundo nombra por su nombre. Voy a agotar los diccionarios hasta que encontrarnos sea todo menos definición del latín para salvarse.

miércoles, 20 de abril de 2011

Ediciones Foráneas

Anoche/ser

Habrá que urgarle el lomo a tus libros, del título al isbn hasta los pies de página y cuidaremos pausiblemente la redacción a cada apunte de la espalda. Ya vendrán prestigiosos ilustradores a trazarnos pájaros de lápiz y grises suaves, ya vendrán aviones sobre la triste ciudad a amedrentar los pájaros, ya vendrá el tráfico de nubes y bolitas de papel a llovernos tintas; se extenderán muchos edificios dibujados al carbón para doblarse otra vez hasta mostrar sólo valle como antes era. Y después los papeles regresarán a ser árboles y las aves errantes tendrán mil copas para alzar vuelo.

No sé, extiéndeme caligrafías en soportes no probables y piénsate mucho unos cuadernos escritura mano a mano. Tampoco sé pero las cuartillas giran por la esquina inferior derecha para cambiar sus números de reveses a ventajas. Los compendios y ejemplares apenas van amaneciendo, las impresiones no están listas, yo sólo entiendo los textos de ojos bien abiertos.

lunes, 18 de abril de 2011

Más que un pedazo de estepa verde

que eras tú
ya clandestino

que eras tú
ya tiempo
enraizado

pueblo mío
que eras tú

ya lengua
espiral palabra

la tierra
ese gran sueño
permanente

medio de vida

secreta
mujer

se ama la tierra
siempre

se ama

lunes, 11 de abril de 2011

Suposición de la bestia según Max Ernst

(Fragmento de la epístola con folio 1625, escrita desde la Ciudad de México en abril de 2011)

Correspondiente destinataria:

He notado que su deseo vive alienado por la mano invisible que regula la oferta y la demanda, veo que usted no se da por bien servida si no es el ombligo del mundo, específicamente de su mundo y del compañero que usted quiere desde hace tiempo aunque finja tenores indistintos para su querer, así como menospreciándolo, así como disfrazándolo todo el tiempo porque en el fondo usted -señorita mía- nunca tendrá valor para ser y estar desnuda de pasados y temores.

La leo, señorita, y he encontrado el más vomitivo de los textos anotados en sus manos egoístas y en los ojos iracundos con los que mira la compañía que no es su compañía, la historia que no es su historia. Y no es que quiera yo desacreditarla así como así, de ninguna manera me malinterprete, sólo que usted y yo vivimos con el entendido de que ha elegido inscribirse para siempre en la vida de aquél, mientras yo -francamente- voy de paso.

Porque conmigo funciona así, querida, porque mis propias estructuras son reacias para ceder a la domesticación y otras falsas promesas de amor eterno. Usted en cambio se quedará si toma las decisiones correctas aunque ello implique pasar su juventud sola, a la sombra de una felicidad que cuestiona y para la cual no se siente programada.

Ya he elegido yo mis propios compañeros de un para-siempre, ya podría contarle de mis hermanos y amigos y fraternales camaradas; con ellos iré a donde vayan, su tierra es mi tierra en tantos ires y venires, mas aclaro que ninguno de ellos me pertenece. Han elegido para sí lindas esposas, nóbiles mujeres o extravagancias como la clandestinidad u homosexulaidad, según el caso.

Entonces no tema, más bien aguarde a que me vaya o declare sus verdades a cabalidad y cuide a quienes le rodeamos. Mírese en este espejo y vuelva a preguntarse qué quiere para sí. Es osado de mi parte venirle con todo esto, lo entiendo, sin embargo he pensado que la emancipación real de un ser humano se germina en una semilla demasiado profunda para comprenderla. Se formula en el permitir que el otro sea y yo a usted la noto con intenciones de sabotear lo que viene pisando nuestros talones.

Puedo fingir que no me doy cuenta pero usted sabe de mí y goza la negativa y contraria. Lo sabe bien, pero allá mañana puede que usted no halle otro camino más que un deseo truncado y eso será triste, piense en su vejez. Y haga según disponga pero a mí no me haga daño.

Con gratitud por hacerme notar ésta y otras cosas, reciba un saludo libertario.

jueves, 7 de abril de 2011

Los muertos

Allá vienen
los descabezados,
los mancos,
los descuartizados,
a las que les partieron el coxis,
a los que les aplastaron la cabeza,
los pequeñitos llorando
entre paredes oscuras
de minerales y arena.

Allá vienen
los que duermen en edificios
de tumbas clandestinas:
vienen con los ojos vendados,
atadas las manos,
baleados entre las sienes.

Allí vienen los que se perdieron por Tamaulipas,
cuñados, yernos, vecinos,
la mujer que violaron entre todos antes de matarla,
el hombre que intentó evitarlo y recibió un balazo,
la que también violaron, escapó y lo contó viene
caminando por Broadway,
se consuela con el llanto de las ambulancias,
las puertas de los hospitales,
la luz brillando en el agua del Hudson.

Allá vienen
los muertos que salieron de Usulután,
de La Paz,
de La Unión,
de La libertad,
de Sonsonate,
de San Salvador,
de San Juan Mixtepec,
de Cuscatlán,
de El Progreso,
de El Guante,
llorando,
a los que despidieron en una fiesta con karaoke,
y los encontraron baleados en Tecate.

Allí viene al que obligaron a cavar la fosa para su hermano,
al que asesinaron luego de cobrar cuatro mil dólares,
los que estuvieron secuestrados
con una mujer que violaron frente a su hijo de ocho años
tres veces.

¿De dónde vienen,
de qué gangrena,
oh linfa,
los sanguinarios,
los desalmados,
los carniceros
asesinos?

Allá vienen
los muertos tan solitos, tan mudos, tan nuestros,
engarzados bajo el cielo enorme del Anáhuac,
caminan,
se arrastran,
con su cuenco de horror entre las manos,
su espeluznante ternura.

Se llaman
los muertos que encontraron en una fosa en Taxco,
los muertos que encontraron en parajes alejados de Chihuahua,
los muertos que encontraron esparcidos en parcelas de cultivo,
los muertos que encontraron tirados en la Marquesa,
los muertos que encontraron colgando de los puentes,
los muertos que encontraron sin cabeza en terrenos ejidales,
los muertos que encontraron a la orilla de la carretera,
los muertos que encontraron en coches abandonados,
los muertos que encontraron en San Fernando,
los sin número que destazaron y aún no encuentran,
las piernas, los brazos, las cabezas, los fémures de muertos
disueltos en tambos.

Se llaman
restos, cadáveres, occisos,
se llaman
los muertos a los que madres no se cansan de esperar
los muertos a los que hijos no se cansan de esperar,
los muertos a los que esposas no se cansan de esperar,
imaginan entre subways y gringos.

Se llaman
chambrita tejida en el cajón del alma,
camisetita de tres meses,
la foto de la sonrisa chimuela,
se llaman mamita,
papito,
se llaman
pataditas
en el vientre
y el primer llanto,
se llaman cuatro hijos,
Petronia (2), Zacarías (3), Sabas (5), Glenda (6)
y una viuda (muchacha) que se enamoró cuando estudiaba la primaria,
se llaman ganas de bailar en las fiestas,
se llaman rubor de mejillas encendidas y manos sudorosas,
se llaman muchachos,
se llaman ganas
de construir una casa,
echar tabique,
darle de comer a mis hijos,
se llaman dos dólares por limpiar frijoles,
casas, haciendas, oficinas,
se llaman
llantos de niños en pisos de tierra,
la luz volando sobre los pájaros,
el vuelo de las palomas en la iglesia,
se llaman
besos a la orilla del río,
se llaman

Gelder (17)
Daniel (22)
Filmar (24)
Ismael (15)
Agustín (20)
José (16)
Jacinta (21)
Inés (28)
Francisco (53)

entre matorrales,
amordazados,
en jardines de ranchos
maniatados,
en jardines de casas de seguridad
desvanecidos,
en parajes olvidados,
desintegrándose muda,
calladamente,
se llaman
secretos de sicarios,
secretos de matanzas,
secretos de policías,
se llaman llanto,
se llaman neblina,
se llaman cuerpo,
se llaman piel,
se llaman tibieza,
se llaman beso,
se llaman abrazo,
se llaman risa,
se llaman personas,
se llaman súplicas,
se llamaban yo,
se llamaban tú,
se llamaban nosotros,
se llaman vergüenza,
se llaman llanto.

Allá van
María,
Juana,
Petra,
Carolina,
13,
18,
25,
16,
los pechos mordidos,
las manos atadas,
calcinados sus cuerpos,
sus huesos pulidos por la arena del desierto.

Se llaman
las muertas que nadie sabe nadie vio que mataran,
se llaman
las mujeres que salen de noche solas a los bares,
se llaman
mujeres que trabajan salen de sus casas en la madrugada,
se llaman
hermanas,
hijas,
madres,
tías,
desaparecidas,
violadas,
calcinadas,
aventadas,
se llaman carne,
se llaman carne.

Allá
sin flores,
sin losas,
sin edad,
sin nombre,
sin llanto,
duermen en su cementerio:
se llama Temixco,
se llama Santa Ana,
se llama Mazatepec,
se llama Juárez,
se llama Puente de Ixtla,
se llama San Fernando,
se llama Tlaltizapán,
se llama Samalayuca,
se llama el Capulín,
se llama Reynosa,
se llama Nuevo Laredo,
se llama Guadalupe,
se llama Lomas de Poleo,
se llama México.
MARÍA RIVERA


martes, 5 de abril de 2011

Sin documentos

Cuando muera quiero recordarte con amor, tu voz con amor,
tu oreja con amor, tu nariz, tu tacto, tu silencio con amor,
en un soplo divino, mientras en éter me transmuto,
mientras agujas y oxígeno y máquinas de luz
y arterias de plástico que mías no son,
con amor recordarte.
JOSÉ CRUZ

domingo, 3 de abril de 2011

Disidente

Me sentí un poco perdido y agarre por un desvío, sabía muy bien para donde iban todos, pero yo no quise ir. Al revés del mundo, yo sigo mi rumbo buscando mi propia salida, yo sigo el camino que nadie camina. No hay huellas por donde yo voy.

Las minas