miércoles, 5 de mayo de 2010

Cosas raras

No, no vuelvo a confiar en René y Mauricio porque ellos me espantan y hace rato mataron un conejo. Los he visto en el patio de atrás despellejándolo y dicen que guardarán una pata para que les de suerte.

En la tarde Victoria me dio fresas y con el olor del patio me duele el estómago, además los ojos de mis primos se ven malos; no entiendo por qué mataron al animal. A lo mejor luego les da por matar gatos porque mi abuela los deja afuera cuando Abrila tiene críos.

Además mis primos siempre son los que inventan los cuentos y los espantos, yo no sabía de las brujas hasta que ellos me dijeron. Me han dicho que me cuide porque cuando Felipe apague la luz del cuarto van a venir ellas y si estoy despierta seguro me chuparán. Las brujas no se comen a los niños grandes, nada más a los chiquitos porque son tiernos.

Después del conejo se fueron, también iban con ellos Héctor, Cata y hasta Moni que es la más chica. Me dejaron con Victoria porque me dolía el estómago, pero no lloré ni nada. Saqué mi muñeca para peinarla y le pediré a Malena que le haga ropita. A ella le gusta tejernos suéteres y con el estambre que sobra casi siempre nos hace bufandas para las barbis.

Pero si mi abuela llega temprano, voy a acusarlos aunque ni los regañe; también voy a escoger el pan de dulce que quiera, se me antoja un polvorón, de esos con chochitos de colores.

A lo mejor mañana sí me llevan mis primos a jugar, si no llueve. Victoria me dijo un día que con la lluvia se hacen más rápido los duraznos, pero lo malo es que así no se puede salir y cuando se calma el agua ya son casi las siete, a esa hora ya no se puede ir al cerro. Me dijo Victoria que los duraznos verdes sí se pueden comer y que con chile saben ricos. Yo vi un chile piquín en la cocina, ha de ser ése, el de los duraznos.

Me cae bien Victoria porque me hace trenzas y deja que le ayude con la comida si me aburro. También me cuida y me cuenta de sus novios, lo malo es que ella se va a las seis y si llueve pues me quedo sola cuando mis primos no me llevan con ellos. Héctor sí me quiere, él y yo somos de la misma edad, pero se hace el más grande con Mauricio y no me hace caso. Me gusta más cuando sólo estamos él y yo con Moni, nada más.

Voy a dormirme un rato, a ver si se me quita el dolor de panza. Sólo me acuesto un ratito en lo que llegan Felipe y mi abue con los polvorones, de todas formas es más fácil dormir ahorita que no suena la fábrica y no está tan oscuro, porque en la noche de tan negra ni se ven las manos y a veces sueño cosas raras.

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