viernes, 6 de mayo de 2011

Buenas intenciones

Querer es ese momento de la muchacha en las noticias dando el pronóstico de un tiempo perdido y Proust en alguna tortería sonríe, mientras otras dos muchachas le sirven puchero pasado el meridiano; mientras las nubes, mientras los cables se alinean con esos espantosos edificios que nunca tienen ventanas. Mientras los espirales nos condenan como única vista panorámica sin todo lo que tenga que ver con mis propósitos de encontrarte.

Querer se me ha vuelto una reunión de alcohólicos anónimos escuchando Tom Waits, sonriendo por no discriminar, algo como el engorroso trámite tributario. Hoy en día es más fácil convencer a los caseros no pagar un mes de renta que excentar de impuestos a las sonrisas.

Todos quieren vuelto, todos están demasiado preocupados por agradar, convivir y recibir a cambio hasta el puto centavo invertido en la transnacional los besos vacíos punto com. No, la compañía sincera sigue sin venderse en Amazon.

El ai laic del feisbuc cotiza más alto cada día, las madrugadas son obreras flacas sin goce de salario, sin falsos feminismos. Celebro un rato el fin del mundo, querer no va a salvarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario