domingo, 10 de enero de 2010

Código de Hammurabi

Según la cronología media, la señorita Miranda está sumergida en documentos antiguos, casi mesopotámicos. Es decir, por primera vez en un año, está seleccionando algunos recuerdos que habitaban debajo de su cama, al grado de tener más vida que ella misma.

Basura.

Algunas excepciones le permitirán escribir posterioremente en su bitácora.

Esta vaina está desordenanda: ortografía, cortometrajes, historias preparatorianas, mundos humanizados intersubjetivos, la abuela-mágica María Elena, retratos, isotopías, danza, apuntes sobre educación. Aquí junto, en mi cama, tengo estas asuntos y más. Si todo sale bien, explicaré cada una a detalle.

Me da gusto este afán de hámster aseado que me roba el domingo. Me da gusto sacar al (padre) muerto que se pudría debajo de mi cama.

¡Ah, ya siento que me recupero!

1 comentario:

  1. Olvidé mencionar que también disfruto no sentirme expuesta a las exigencias habituales de la colectividad fallida tuitereana. Así, solita-solita, me siento cómoda. Aunque tengo fríos los pies y nadie aplaude mis tarugadas que de no ser retuiteadas se desvanecen peor que vaho en estacionamiento a la salida del cine. Bah¡

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