martes, 20 de abril de 2010

Autorretrato

la importancia
de llamarse
Lucía



Esta imagen hace tercia con las fotografías que acompañan las entradas 4. Temer-morir y Alto contraste. Con su publicación finalizo el tríptico de autorretratos tomados en abril de 2005 -Xochimilco, Ciudad de México.

La técnica es simple, hace unos meses rescaté algunos negativos que posteriormente digitalicé y retoqué en el fototaller. Sin embargo este último sólo fue manipulado en niveles, contraste y desaturación. La fotografía en sí es un accidente, una toma doble de la cual me enteré que había salido así cuando me entregaron la película revelada.

De alguna manera, estos tres estadíos involucran mi obsesión por la huella y la permanencia, el documento histórico y la memoria viva. He habitado estas imágenes a lo largo de cinco años y precisamente me propuse exhibirlas para dejar-ser aquellas cosas que son y no parte de mí ahora.

Es grata la perspectiva ganada con el tiempo, por poco que sea. No fue en vano escribir para mis retratos títulos tan evidentes; permanezco al centro de la espiral de agua -como en un sueño viejo- ahí estoy en ese ojo, sin mojarme.

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