Anoche nos avisaron que se murió Chabela. Iban a dar las once cuando llegó Jesús bien pálido a darnos la noticia. Se la llevó la cruz verde –nos dijo, y después me pidió el baño. Le dije que pasara y escuché que vomitaba.
Gloria se había pasado toda la tarde fumando y después de lo que nos dijo Chucho nos pidió a Lupe y a mí que fuéramos a Xoco a reconocer a Chabela. Ni lloró ni nada, pero después Gloria se puso a hablar por teléfono con Ulises, el güey del café internet Capricornio. Estaba bien encabronada. Le dijo que no sabía la que se le venía encima ora que se había muerto Chabela y que lo mejor era cerrar el internet hasta que la tira olvidara el asunto.
A ella la conocí a los trece, bueno, a los doce años. Estudiamos juntas primero y segundo de secundaria en la 217, yo sí acabé ahí hasta tercero pero Isabel se salió antes; en clase de química nos dijo que ya le daba mucha hueva estudiar. Todos sus papeles están a nombre de Isabel Domínguez Carrillo, me acuerdo que una vez ví su boleta y había sacado puros seises y sietes. Ese día me cagué de risa de su nombre. Le dije que sus apellidos eran la pura mamada y ella se enojó y me arrebato la boleta. Lo último que me dijo ese día es que necesitaba tomarse unas fotos no tan aburridas como las que pedían en la escuela y que de nada servía que me burlara de su nombre porque ya nadie lo iba a usar.
Isabel Domínguez Carrillo. Así decía el acta de defunción de Chabela. No me gustó tener que repetírselo a la señorita de la delegación. Pinche vieja pendeja, si supiera cuánto me dolía perder a mi amiga de seguro se aplicaba más con la tecleada. Me cae que la Chabela se rifaba más para eso de las computadoras. Y desde que tuiteaba, se daba vuelo la canija. Siempre le decía que me tenía que abrir mi cuenta con una foto bonita para que me cayeran buenos clientes como a ella. Ella se reía y me pendejeaba. No se dice así –decía- se dice ávatar y se volvía a reír.
Las últimas veces yo veía que tuiteaba mucho y con avatares que no eran sus fotos, le había dado por tuitear usando nombres de hombres y con fotos de ñores medio intelectuales. Supongo que era para tener de su lado a las chavas que le contactaba a Ulises pero quién sabe.
Total. Llegamos Lupe y yo a Xoco y después de un rato nos pasaron a un cuarto metálico. En un cajón estaba Chabela. Cuando la ví quise moverla para ver si despertaba porque nada más parecía como si durmiera, se me hizo medio pendeja la idea de que estuviera muerta. Pero no nos dejaron tocarla. Lupe fue la que dijo sí-es, y después de eso el doctor nos dejó a solas con Chabela para despedirla.
De todas en casa de Gloria, Chabela siempre fue la más puta y cabrona. A mí me gustaba eso de ella, creo que por eso decidí entrarle a lo de Gloria y Ulises. En la prepa abrí mi hi5 y las primeras fotos que subí eran de Chabela y mías. Ella se acaba de tatuar la pierna y le presté un short pegado con el que se le veía chido; para esas fotos le pedimos su celular a Ulises y ella me tomó unas. Me pidió que abriera las piernas. Le dije que me quería cambiar porque el uniforme del cetis no me gustaba. Pero no me dejó. Te ves mejor así –me decía Chabela- nada más quítate el suéter.
Esas fotos del hi5 se las pasó a Ulises y un mes después yo ya trabajaba con Gloria en la casa. Por eso Chabela siempre decía que ella era mi representante.
El tatuaje de la pierna se veía más claro con la luz de la morgue. No me había dado cuenta que no dejaba de verlo hasta que volteé porque Lupe me preguntó si ya había visto que Chabela estaba bien buena.
Le vi los pezones a Isabel. La había visto desnuda muchas veces pero nunca con tanto detenimiento. Eran muy oscuros y grandes. Pensé que su cuerpo estaba más duro que de costumbre y esa idea me puso bastante.
Lupe estaba llorando y creyó que no me di cuenta así que pensé que iba a estar muy clavada con sus lágrimas para darse cuenta de lo que hice.
Me acerqué a Chabela y le toqué el tatuaje, luego le metí dos lamidas a los pezones oscuros. Igual fue sólo mi imaginación pero me pareció ver que los vellos de su ombligo también estaban tiesos así que bajé con la lengua hasta allá y mordí su vientre.
Todavía traía olor a cama. Pensé que lo último que Chabela hizo antes de morir fue coger y eso terminó por excitarme; así que sin pensarlo dos veces me fui al centro de sus piernas y metí la mano ahí. Me costó trabajo pero el sexo todavía lo traía caliente. Probé la vagina de Chabela y es muy raro porque de todas las veces que he aplicado el oral con chavas nunca me supo tan extraño como aquélla. Seguro había semen del pendejo que la desgració con una piedra en la cabeza después de contactarla en twitter. Pero no me importó. El sabor de Chabela me lo guardaré hasta que regrese la muerte por mí o algo.
Prendí la computadora de Gloria para dar de baja el twitter de Chabela porque ya nadie lo va a usar y me parece justo que ni yo siga tuiteando desde ahí. Ella me pasó su contraseña una vez que quedamos de aparecer en el Salón Corona con unos clientes y por eso la guardé. La de las otras cuentas no la tengo pero igual ya no importa.
Después me metí a mi cuenta para tuitear con @ulisesmx a ver si sabe qué pedo con el café internet después de la llamada de Gloria. En los replays encontré un mensaje de @deibe que decía: cuántos años tienes? tuiteas más grande; me recuerdas a Justina.
También encontré un letrero azul que decía de los relatos de #tuiterasprostitutas en su time line así que me puse a escribir. No sé quién es Justina pero sigo pensando qué le voy a decir cuando me pregunte por Chabela.